VALE, ME PERDONO.

¿Te has perdonado? ¿Qué significa el perdón para tí?

Para mí significa atravesar un puente en llamas, atravesar un estado de congelamiento que me coloca en un lugar donde todo se vuelve a sentit tremendamente intenso.

Intenso y doloroso. De verdad, creo que aguanto bastante dolor físico. Pues este dolor sobrepasó por mucho un dolor de 10 (escala 1-10).

Intenso. Doloroso. Penetrante. Rasgador. Poderoso. Te infiere un poder, una sensación de sobrevolarte y salvarte. Te sacas a tí misma de ahí donde te habías metido. Creas justicia. Te salvas. Vuelves a habitarte con amor y respeto.

Pienso que me sostuve y fue más, fue contenerme. Sujetarme dentro de mí, en la incomodidad de ese dolor. Luchaba por evadirlo, salir volando como sé hacerlo, volar lejos hasta dejar de sentir dolor.

Y no. No me dejé volar. Me contuve. Me contuve en el desasosiego y la angustia, en la culpa, en la vergüenza.

Y poco a poco me fui perdonando. Hubo espacio en mí para dejar ir estas emociones y que hubiese espacio para la amabilidad, la calma, el entendimiento, las caricias a mi alma, dejar que volviese a ocupar su sitio sin aquellas emociones aprisionándola.

Mantenerme quieta en el desequilibrio. Confiar en que se disolverá, se equilibrará.

Quedarme en silencio, escuchar tu historia, deshacer nudos para ser más libre. Sujetarte para que no escapes de habitarte, no separarte de tu esencia y respetando el dolor.

Apreciar el presente. Experimentar mi presente. Con menos carga, menos miedo.

  • El perdón es liberarnos de una prisión donde nosotros mismos nos habíamos encerrado.

Atiende tu dolor. No sé si empieza por uno mismo, no sé si empieza por perdonar a otros… cada uno su fórmula, su camino, sus pasos, su ritmo.

Estoy aquí para ti. Tienes voz. Te escucho lento.