LOS MOMENTOS DONDE ENCONTRAR TU VIDA.

¿SERÍAS MÁS FELIZ GESTIONANDO TODO, TODAS TUS EMOCIONES A LA PRIMERA?

Así empezó esta reflexión. Surgirán más a partir de esta pregunta.

Mi mente a punto de explotar. Y yo no puedo más. Mi mente no para y me veo corriendo tratando de huir de ella. Me sigue. Me acompaña. Me pesa. Pesa mucho.

Y aún con ese peso me sumerjo en un frenesí de actividades, sentirme “productiva”, ser “eficiente”. Poder decir con cierto orgullo: “no me da la vida.” Sentir la urgencia siempre encima. El miedo a que si paro haya algo que escuche o llegue a captar en mi que no quiera afrontar.

Paro. La mente me puede, las ganas de gritar y parar me pueden. Y ese agotamiento trae una pequeña tristeza. Y paro. Y ese silencio… ese silencio en mi cabeza lo agradezco como un masaje completo corporal.

Sentir el cansancio, el agotamiento. De este agotamiento no voy a salir solo descansando, salvo que en este momento donde está mi vida quiera verla. Verme. No evitarme. Atenta a mí. En qué dinámica estoy repitiendo sin atención, donde me estoy diluyendo, dónde estoy sin mí, haciendo por y para otros solamente.

Observar. Observar mucho. Lento. Mi alrededor, la belleza simple. Esa que dejo de percibir tras las rutinas, tras las prisas. Sin destino, sin expectativa, sin juicio, solo observar lo que es.

Mi miedo a mi parte oscura se desvanece. Me asomo a mi, a lo que sea que estaba sintiendo sin atender. Y no es para tanto. Me quedo un rato ahí, masticando, exprimiendo, escuchando, ¡sintiendo!

¡En esos momentos estoy! Soy cada uno de esos momentos en los que me permito atenderme. Esos en los que veo mi vida, veo lo que siento, ordeno mis quehaceres acorde a lo que siento. Esos momentos en los que soy.

Contesto a LA PREGUNTA: no. No quiero gestionar todo a la primera. Quiero masticar mis emociones, vivirlas, que me empapen. Así como con mi vida. Quizá hubo momentos que no querría mi vida exprimida, incluso que la vida me exprimía a mí. Ahora si, ahora la quiero exprimir y saborear yo. Quiero gestionar lento, vivir lento. Ser más lenta. Ser muchos instantes que hago lentos.

No se recuerdan los días, se recuerdan los instantes” – Cesare Pavese –

Soy COHERENTEMENTE INCONSCIENTE.

Estoy aquí para ti. Tienes voz. Te escucho lento.